Corea del Norte expulsa al soldado estadounidense retenido desde julio tras cruzar al país sin permiso | Internacional

El rocambolesco episodio de Travis King, el militar estadounidense que se adentró sin permiso en Corea del Norte, posiblemente la nación más aislada del mundo, parece llegar a su fin. Autoridades de Washington han confirmado este miércoles que King se encuentra ya bajo custodia estadounidense, tras haber sido transferido en China —nación fronteriza con Corea del Norte—, según ha adelantado Associated Press citando fuentes oficiales. Pyongyang había anunciado poco antes que había decidido expulsarlo del país. Este soldado raso, de 23 años, llevaba retenido por el régimen norcoreano desde el 18 de julio, cuando, por motivos aún desconocidos, decidió cruzar la Línea de Demarcación Militar de la frontera que separa de facto las dos Coreas desde 1953.

Tras una investigación, Pyongyang ha asegurado en una nota publicada por la agencia oficial norcoreana KCNA que King dio el paso, entre otras cosas, movido por el “rencor” que le provocaba la “discriminación racial” sufrida en su ejército. Las indagaciones, llevadas a cabo por el “órgano competente”, dieron el siguiente resultado: “Travis King confesó que se había infiltrado ilegalmente en el territorio [de Corea del Norte] porque albergaba rencor contra los malos tratos inhumanos y la discriminación racial en el ejército de EE UU y estaba desilusionado por la desigualdad de la sociedad estadounidense”. Por este motivo, añade la nota, el régimen norcoreano “ha decidido expulsar” a King “de acuerdo con la legislación” del país.

Su situación durante este tiempo ha sido un enigma. A la semana de ser detenido, el Comando de la ONU, la misión multinacional capitaneada por Washington que supervisa la tregua de la guerra de Corea, logró arrancar un diálogo con Pyongyang a través de un mecanismo previsto bajo el armisticio de la guerra de Corea. Pero el Norte no confirmó la detención de King hasta mediados de agosto. Ya entonces, y siempre según la citada agencia norcoreana, el soldado habría confesado el mismo rencor “por el trato inhumano y la discriminación racial dentro del ejército estadounidense” y expresado “su voluntad de buscar refugio en la República Popular Democrática de Corea [RPDC, el nombre oficial de Corea del Norte] o en un tercer país”.

El Pentágono había asegurado que el regreso seguro de King era “una prioridad” y que se estaba “trabajando a través de todos los canales disponibles para lograr ese resultado”. La madre del soldado, Claudine Gates, había pedido al Gobierno norcoreano que tratara a su hijo “con humanidad”.

Dadas las circunstancias, y teniendo en cuenta la resolución mucho más trágica de episodios anteriores en la pequeña potencia nuclear atravesada por un fuerte sentimiento antiestadounidense, el resultado podría leerse hasta como positivo. El caso de King, al tratarse de un militar, generó una intensa especulación sobre el destino que podría sufrir: la gama iba de la prisión a torturas. El también estadounidense Otto Warmbier, que visitó Corea del Norte como turista en 2016, fue acusado de querer llevarse un cartel de propaganda comunista como souvenir y recibió una condena de 15 años. Tras 17 meses, Warmbier, que tenía entonces 20 años, regresó a Estados Unidos en coma y murió una semana después.

Entre tanto, las verdaderas causas por las que Travis King decidió convertirse en el primer soldado de su país en pasar a Corea del Norte desde 1982 siguen siendo un misterio, más allá de la breve explicación de parte. King se había alistado a principios de 2021 y fue destinado a Corea del Sur, donde Estados Unidos mantiene aún un contingente de 28.500 soldados. Allí se metió en problemas. Tras un altercado en octubre, fue hallado culpable y multado por un tribunal de Corea del Sur. Pasó casi dos meses detenido y, tras ser liberado, sus superiores decidieron mandarlo de vuelta a casa por razones disciplinarias. Pero King aprovechó un despiste en el aeropuerto para escabullirse antes de embarcar a Estados Unidos.

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La siguiente escena tiene ya lugar en la llamada Zona Desmilitarizada, el tajo que separa ambas Coreas a la altura del paralelo 38. King se suma a una visita turística de la zona y, en la aldea fronteriza de Panmunjom, decide, inexplicablemente, escapar al otro lado, según indicaron a los medios testigos de lo ocurrido y confirmaron posteriormente funcionarios estadounidenses familiarizados con lo ocurrido.

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