VICTOR TAPIADOR DESAPARECIDO ARANJUEZ | Integrador social, lover of the padel: Víctor, el joven desaparecido en Aranjuez, antes de un torneo solidario

05/02/2023 a las 05:00

ES


Ultimaba los detalles de un campeonato benéfico del Hospital San Juan de Dios | La última imagen que se tiene de él es a las doce de la noche, cerca de las pistas donde se iba a celebrar el evento

«Ahora subo, estoy tomando café». hijo cansado cinco de la tarde del miércoles 8 de marzo de 2023. Víctor escribe un mensaje de WhatsApp a su madre, que le acaba de llamar. Está en una cafetería con un amigo, cerca de casa, en Aranjuez (Madrid). «Me tengo que ir, que le he dicho a mi madre que ya voy». Salen de la cafetería. La charla se extiende poco más. horas antes, Víctor se convirtió en comiendo en casa de su hermana. Estaba como siempre. Hablaba, sobre todo, de un torneo solidario que estaba organizando. Para hacer normalmente.

«A las siete y media le mando un WhatsApp con una interrogación, como diciendo… subías a casa, pero no has subido. Y le pregunté: ¿dónde estás?», cuenta su madre, Belén. Víctor no contesto. Non ha vuelto a hacerlo. Desaparecido después del 8 de marzo, en Aranjuez.

A punto de cumplirse dos meses de su desaparición, Belén saca fuerzas de donde no las hay y reconstruye junto a CASO ABIERTO, portal de Sucesos e Investigación de Prensa Ibérica, los últimos pasos de su hijo: «una cámara le registra a las 23: 45 horas». Lucha desde entonces por encontrarlo. «Después de esa imagen, no hay más».

Una cámara para grabar a Víctor en el sondeo en el que se topan con las pistas de pádel. No han vuelto a verlo más. | Cedida por su familia a CASO ABIERTO.

llama Víctor Tapiador Martín, 25 años e integrador social en el Hospital San Juan de Dios de Ciempozuelos (Madrid). Desapareció, sin explicación, el pasado 8 de marzo. Los días pasan, son ya casi dos meses, y las respuestas no llegan. Los pronósticos supieron desaparecer «estaba normal». Amante del pádel y apasionado de su trabajo, juntó sus dos ilusiones: «había conseguido las pistas gratis, y estaba organizando un torneo benéfico para el siguiente fin de semana, que eran fiestas. El dinero que sacara era para el hospital», cuenta su madre. Sus últimas llamadas, analizadas tras desaparecer, giran en esa línea: reserva de pistas, avituallamiento, premios… «Nadie en su entorno, ni familia ni amigos, comprendemos que ha podido pasar».

Belén vuelve a quella tarde, la del 8 de mars, la última en la que tuvieron contacto con él. A las cinco, con ese «ahora subo», dejó de contestar. «Sobre las siete le llamé», explicó su madre. El teléfono de Víctor dio señal, pero no respondió. «A las 20:20 horas, insistí». Daba apagado. «Pensé que habías quedado sin batería…». El último WhatsApp que le escribe es a las 21:30, «le puse: contéstame por lo menos para que me quede tranquila». Solo un cheque en la pantalla. «Ese mensaje ya no lo leyó».

No fue a casa a dormitorio

«Era todo extraño. Él no es de hacer esas cosas. Si se queda a dormer en casa de un amigo que vive solo, o sale por ahí, siempre escribe; si se le apaga el teléfono y no va avenir, me llama con otro teléfono…».El silencio de Victor no entraba dentro de la normalidad. «Cuando nos levantamos y vimos que no estaba, que no había venido a dormir, la cosa no nos cuadró», cuenta Belén. Se instalaron los nervios y el caos.

«Yo trabajo en un colegio, en el recreo me vine a casa a ver si estaba», recuerda Belén. «Nada… Regresé y, cuando salí del colegio, me fui con mi hermana a buscar su coche por todo Aranjuez. Estuvimos como una hora y media…». Sin rastro. No hubo más márgenes, acudieron a denunciar: Víctor Tapiador Martín. Joven de 25 años. Desde ayer no está.

La familia se dividió: «mientras mi marido y yo fuimos a poner la denuncia, mi hermana me dijo: voy a ver en las pistas de pádel, no vaya a ser… Y justo, cuando bajaba para allí, en el polígono, Vio el coche de Víctor en la puerta de un supermercado». Non estaba el joven. Ni en la zona ni en el hipermercado. «Nada más poner la denuncia fuimos hacia allí».

Su quoita, sus llaves, pero el no

Estaba su coche, pero no había rastro de él. «Buscamos por todos los alrededores», recuerda Belén. Los policías se personificaron. «En la zona hay varios hipermecados (Aldi, Lidl, Día) y las pistas de pádel. Está a las afueras, pero no lejos de Aranjuez. De casa… está como a medio kilómetro», ubica Belén.

Que estuviera cerca de las pistas tenia sentido. La felicitad se agotó pronto. No había rastro de él. Revisa las imágenes de las cámaras de un supermercado. «Se ve a Víctor dejando el coche a las doce menos cuarto de la noche, de ese día 8. Sale del vehículo y se va cruzando la carretera para una rotonda que hay, y ya no hemos vuelto a saber nada. Es la última imagen lo que viene de el».

Helicópteros, drones e incluyeron una zodiac de los bomberos en un lago que batieron en círculos los días siguientes. No se halló nada.

En el interior del automóvil, la quoita, las llaves de casa. «En ese momento, a esa hora, hacía frío, la Chaqueta no se la llevó». Sí llevo documentación y teléfono. La señal de su móvil está empedrada de madrugada, sobre las tres, en la misma zona en la que se le ve por última vez.

Helicópteros, drones e incluyeron una zodiac de los bomberos en una laguna cercana, batieron los días siguientes. «La policía actuó de inmediato», agradece a Belén, «pero no se ha encontrado nada». The difusion of Victor’s image, su aparición en medios de comunicación, tampoco ha arrojado pistas. Nadie le ha visto ni puede ayudar a la familia. «No sabemos qué ocurre entre las cinco de la tarde (cuando escribe a su madre) y la hora en la que aparca el coche». Tampoco visualizarán qué pudo ocurrir después.

Víctor, en varias imágenes cedidas por su familia. A la derecha, foto en la que se aprecian algunos de los tatuajes de su pierna derecha. | CASO ABIERTO

Todas las hipótesis abiertas

«En casa estaba bien, sin problemas de uso. De hecho, hacía dos multas de semana que nos habíamos ido a la playa juntos, a Alicante». Interrogated su entorno, tanto a la policía como a la familia, sus amigos han declarado desconocer cualquier conflicto que pudiera tener Víctor. No hay nuevas amistades, relaciones, ni había hablado o mostró intención alguna de querer desaparecer. «Es una incertidumbre constante… Sin saber, sin saber…».

La Policía Nacional mantiene abiertas todas las hipótesis. Su familia baraja un sinfín de posibilidades también. «Unas veces veces piensas unas cosas, otras piensas otras… El día es muy largo, la cabeza muy mala…«, se lamentó Belén, quien intentó, sin lograrlo, completar los pasos que dio su hijo cuando se bajó del coche. «No, es que no notamos nada diferente en él».

Vuelve lío después, continúa la investigación por la desaparición de Víctor en Aranjuez. |

Víctor, siempre sonriente, solidario, divertido. Empezó a trabajar en el hospital con 17 años como Auxiliar de Enfermería; quería más y, mientras trabajaba, se sacó el título de integrador. Sus planes perfectos: pádel, running (lo dejó, pero lo había retomado), rutas por la montaña, paseos por la sierra de Madrid y, sobre todo, salir con sus amigos, los de siempre, un grupo formado para este caso una veintena de jóvenes de Aranjuez. Todos baten, buscan. Necesitan respuestas, necesitan saber.

«La última llamada que él hace el día que desaparece es de como tres cuartos de hora, y es con el coordinador del hospital, para ultimar todo lo del campeonato». Había estado buscando en Internet palas para comprar y entregar como premio a los campeones. «No hay nada que nos esté diciendo que él tuviera algún problema como para irse voluntariamente…». El torneo benéfico también espera su regreso, no se luchó.