Un eufórico baño en un lago helado, el último grito para combatir el estrés

10/01/2023 a las 11:25

HEC


Llegan en bañador y sin camiseta a estanque de la Cerdanya francesa a 2.000 metros de altitud, sierran el manto de agua congelada, abren una piscina y se surgen en busca de una fuente de energía particular

Se hace muy difícil decirle al niño que no ande sobrio el hielo cuando un grupo de 30 personas baila y se ejercita sobrio el estanque petrificado en bañador y pecado. Estamos en el Pradelun caso 2.000 metros sobre el nivel del maren el Cerdaña francesa. es sábado, 7 de enero; Naciones Unidas día soleado pero con dos o tres grados de temperatura Los chavales terminan corriendo y patinando sobre la inmensa pileta porque no queda otra que relativizar los riesgos. No ayuda que termine esa camarilla de locos franceses abrir una piscina para darse cuenta de un baño. una experiencia religiosa en los pies del Carlit. ‘espíritu de hielo’la aventura arremetió.

La Pradella es uno de los cinco estanques que precedieron al Estanque de las Bulloses, uno de los más grandes de este rincón del Pirineo. Es un valle familiar, predecible, asequible para todos los públicos; con todo lo que uno espera de un paisaje alpino. Sin engaños. De ahí que el hallazgo, o mejor dicho, la coincidencia, sea aún más sorprendente. Todo tiene éxito desde las dos y media de la tarde. El estanque esta completamente congelado y el sol ya empieza a desfilar por la Ladera de Font-Romeu. Llega una primera excursionista. Genera sorpresa, pero parece ir solo, así que igual se trata de un militar inglés que aprovecha su día de fiesta para poner a prueba los límites de su cuerpo. Pero no.

Jean-François ayudó a salir del agua a una de las participantes. | carlos marquez daniel

A los cinco minutos llega la pandilla. Son unos 30, incluidas cinco mujeres. Todos con la mínima expresión textil sobre el cuerpo, es decir, traje de baño y, como mucho, guantes y gorro. Otras cuatro personas que van con ellos si van de ropa hasta el flequillo y son fotógrafos y miembros del ‘staff’. Ponen musica con uno poderoso altavoz y empiezan a mover ya bailar para evitar la hipotermia. Uno lanza golpes de boxeo, otro realiza tijeras con las piernas sobre el hielo y el de más allá, con muslos del tamaño de un surtidor de gasolina, lleva ya 50 flexiones. pecado parar. Tipos grandes como una marqueina de autobús, aunque hay de todo, y de edades muy diversas.

‘Coaching’ interno

Cuando llevan un buen rato de calentamiento, aparecen de la nada cinco sierras de hielo plagable. Lidera la operacion el lider y mentor de allos ellos, Jean-Francois Tual‘Ice Man’, heredero del Método de Wim Hofque debe su nombre atleta holanda que combina terapias de frío con ejercicios de respiración y concentración. Francés, 46 años, Jean-François tuvo una revelación en 2017 tras una vida de aquí para allá, con trabajos efímeros, sin demasiadas metas. ¿Es esto una versión interna de ‘administración¿La vida de hoy? Podría decirse que sí, de algún modo. Pero tiene el añadido de la experiencia en la naturaleza, en grupo, lejos de casa. Y aventura, claro. Porque bañarse en un lago helado puede venir bien por el traficopero también te aliña de maravilla la conversación de una comida de Navidad.

Maniobras para abrir un boquete en el hielo. | carlos marquez daniel

madeline jarvinpareja de Jean-François, explica que la empresa espíritu de hielo Realiza tres salidas enero al Pirineo y otras tres en febrero a los Alpes. suelen apuntarse Franceses y Suizos, pero han tenido gente de todas partes. Cuenta que la terapia de hielo es ideal para «combatir las inflamaciones y reducir los niveles de estrés«. A par de metros, mientras charla, cinco de los participantes siguen talando el hielo para crear una piscina. Para cualquier neófito, una maniobra de lo mas arriesgadoas if esto fuera una película de catastrophes y en el siguiente hachazo fuera a resquebrajarse todo el estanque, con los niños en el agua y la consiguiente bronca de la madre, debidamente asentada en tierra firme. Pero ejecutan la obra con tal seguridad que contagia un cierto bienestar. Parece mentira lo estable que puede llegar a ser el hielo cuando tiene un groseramente considerable.

el bautismo

Una vez terminado el boquete, media hora después, y mientras sigue la música que les maintiene activos, da comienzo el desfile de bañistas. Antes, sin embargo, las dan unas instrucciones de seguridad y les recuerdo cómo deben respirar para que el experimento sea pleno. Jean-François colocado en un extremo y el nadador, en el otro. Para lanzar al agua con delicadeza. Una, dos y tres piscinas. El mentor ayuda a salir del estanque y se funde en un abrazo. Prueba superada y aplauso y vítores desde la grada. No vayan a pensar que dan brazadas como huyendo de un bicho malvado. Todo lo contrario. Algunos incluso se sumergen. Se intuye algo de postura, para que nos vamos a engañar. Pero qué menos, te estás dando un baño en un estanque que no supera los dos grados.

Terminarán así este fin de semana de tres días. Y el lunes, a trabajar oa lo que sea. Vuelta a la rutina con el recuerdo de ese domingo en el que, a 2.000 metros de altitud, abrieron un orificio en el hielo y sintieron algo nuevo e inolvidable. ¿Estarán menos estresados? Quién sabe, pero el recuerdo no se lo quita nadie.