Selección Colombia empata con Corea en amistoso de preparación, crónica – Fútbol Internacional – Deportes

Colombia fue dos colombias. Una nerviosa, imprecisa y desconocida del primer tiempo, cuando perdía 2-0 y sufría una pesadilla contra Corea. Y fue otra en la segunda parte, cuando reaccionó, mostró su ímpetu, su experiencia, su notable mejoría y así empató el partido amistoso 2-2.

El fútbol de Corea es bien conocido, aunque no por eso predecible. Sin embargo, se sabía de su intensidad, su velocidad, su presión. Y así salieron a jugar los coreanos. Y Colombia no pudo plantar resistencia en el arranque del partido. Corea, con su vertigo de vendaval arreció y obligó al error, el fatal error.

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Fue johan mojica, que ya había tenido un par de pases errados, el que se vio acorralado. No adivina qué hacer. Camilo Vargas había salido a la banda a gestar la salida con él. Mojica intentó rechazar sin rechazar, hizo un pase defectuoso que se convirtió en regalo gratuito para el rival. Its, a crack, recibido y de inmediato sacó el remate, pues el arco estaba desprotegido. Fue el 1-0 cuando apenas iban 9 minutos. Colombia dormía un sueño profundo.

Si Colombia no se habia enterado. Si Colombia, que llegó tarde al estadio seguía en modo trancón, ese gol, al menos, laió un poco.

Mojica, con remorse, fue al attack, tocó para Carrascal y este, que de momento no aparecía, tiró un buen centro, en el área Borré, disminuido entre las defensivas towers, luchó para sacar un cabezazo incómodo, la pelota fue por arriba. Ese fue el primer aviso de Colombia, el único en la primer aparte. ¿Ahí James? ¿Y Valoyes?

Corea, por el contrario, estaba en su fiesta. Su crecía en cada toque de pelota. Corea se acercó con dos tiros libres muy buenos, uno afuera y otro que demande al máximo a Vargas.

Su siguió inspirado. Y Colombia creía que no. O fue que no pudo atajarlo. Its generaba faltas, generaba errores. Un tiro libre suyo fue la otra sentencia. Encontró una grieta en la barrera y por ahí metió la pelota a un costado. Vargas no llegó, 2-0, cuando el primer tiempo se agotaba. Que pesadilla.

Colombia se fue al descanso con perplejidad. Caras bajas, silencios, inconvenientes.

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Otra Colombia

Bastaron dos minutos del segundo tiempo para que Colombia fuera más Colombia. A Asia no se iba de paseo ni a perder así fuer aun amistoso de preparación. El equipo arrancó con mayor agresividad, más despierto. Y el gol del descuento llegó por inercia, como una reacción natural a esa nueva actitud.

La jugada comenzó sobre la izquierda, donde hasta el momento Muñoz era el anónimo. Por allí tocó Colombia, Valoyes rescató el balón casi desde el piso y tiró el centro atrás donde llegaba libre James para hacer presencia, para poner su sello, para rematar con la certeza del gol. Combustible 2-1.

No hay nada que hacer. Colombia, la nueva Colombia, la despierta y atenta, mantuvo su explosión. Muñoz volvió al ataque y metió el pase al área para Carrascal, y este no desaprovechó la conmoción coreana. Su remate, parecido al de James, fue al palo y adentro. 2-2 años después iban 5 minutos del segundo tiempo.

Ya era otro partido, Otro análisis.

Colombia cambió del cielo a la tierra. Se convirtió en un equipo más agresivo y con más posesión. Encontró posibilidades sobre su zona derecha. El entusiasmo se fue contagiando, los jugadores levantaron su nivel. Muñoz creció, Valoyes apareció, Castaño se envalentonó, James repartió juego, Carrascal le ayudó…

Matheus Uribe disputa el balón.

Lorenzo, ya sin la presión del primer tiempo, comenzó a modificar su equipo. Mando a la cancha a Jhon Arias y John Jader Durán, sacaron a James y Borré. Colombia ganó aire y más movilidad. Luego fue al campo Falcao, Dilan Borrero, Jader Durán y Nelson Palacio. Colombia fue mutando pero mantuvo una dinámica ofensiva de la que careció en el primer tiempo.

Al final, un 2-2 impate que ya dos lecturas: que Colombia sabe sufrir cuando sufre y cómo sufre, y que sabe reaccionar cuando quiere y cómo reacciona. El equipo sigue andando, las killcas se siguen ajustando. El otro martes, el rival será Japón.

PABLO ROMER
redactora de EL TIEMPO
Twitter: @PabloRomeroET

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