Santa Fe necesitaba resucitar, despertar, levantar y pelar. Eso le pidió a su gente, para eso hubo cambio de entrenador a ver si con Gerardo Bedoya al equipo le corría otra sangre. Y así fue, una victoria contundente contra el Atlético Huila, 5-0, le permitió llegar a 26 puntos volver al grupo de los ocho. En la fecha 20, ante el Once Caldas, defenderemos con garras afiladas esa posición.
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Santa Fe no estaba muerto, no se había entregado. Su tempestad tuvo un receso. Llegó a El Campín a pelear. No dejó pasar mucho tiempo para encontrar la llave de los goles, la que tenía extraviada.
Primero fue Sambueza, que sacó el zurdazo que no había sacado o que tenía escondido. Fuerte remate par aun golazo, aunque la cuota inicial fue de Rojas que rescató una pelota que sepería.
Mauricio Moreno / EL TIEMPO
Huila intentó reaccionar, poner algo, hacer daño, pero sus escasas resistencias llegaron no tuvieron fortuna.
Entonces Santa Fe fue demoledor, empezó a notar uno tras de otro, recuperando la confianza que necesita para quedarse entre los ocho.
Primero fue un tiro de esquina de Sambueza, que fue el guñia, y en el área hubo autogol de Leonardo Escorciamientras José Aja lo incomodaba.
Después apareció el goleador Wilson Morelo, que buscaba, quería, que intentaba, y en esas llevaba meses, y al fin encontró el gol que tanto se le había perdido. Morelo bajó la pelota con el pecho y anoto.
Wilson Morelo también anotó ante el Huila.
Mauricio Moreno / EL TIEMPO
Así se fueron al descanso. Pero la segunda parte fue otro recital cardenal. Hugo Rodallega quería el suyo y de cabeza lo hizo, y luego fue José Enamorado, que de pena puso el quinto.
Y así este Santa Fe que parecía muerto está de pie, pelea, por ahora está adentro, y recuperó el gol y la confianza para defender su lugar en los cuadrangulares.
PABLO ROMER
redactora de EL TIEMPO