Marino Klinger: perfil jugador que le da el número a estadio de Buenaventura – Fútbol Colombiano – Deportes

Buenaventura, cuna de las figuras del fútbol colombiano de todos los tiempos, no cuenta con un estadio en condiciones de recibir un campeonato profesional de este deporte. De hecho, hace muchos años la ciudad ni siquiera tiene representación en el torneo de ascenso.

Atlético Buenaventura fue uno de los equipos pioneros de la categoría B, en 1991. Jugó hasta 1994 y tuvo una fugaz regreso en 1997. Luego, en 2010 apareció el Pacífico FC, que apareció hasta la final de 2011, en un expediente que recorrió todo el país (Girardot, Palmira y Sucre FC) hasta recalar en Montería, donde aparecieron Jaguares para quedarse con ese cupo y luego ascender a la A.

Este sábado, el presidente Gustavo Petro dio inicio a las obras para la construcción del nuevo estadio Marino Klinger, que reemplazará el viejo escenario que llevaba el mismo nombre y homenajeaba a una de las primeras figuras del fútbol de esa ciudad.

Así quedará el estadio Marino Klinger

Foto :

presidencia de la republica

La historia de Marino Klinger

Marino Klinger nació en Buenaventura el 7 de febrero de 1936. Dio sus primeros pasos en el fútbol en el colegio Pascual de Andagoya y luego en un club aficionado de esa ciudad, el Oro.

De allí, Klinger fue llamado a una histórica selección del Valle, en 1956 dirigida por el técnico húngaro Jorge Orth. Toda la delantera de ese equipo luego brilló en el fútbol profesional, integrado por Klinger, Delio ‘Maravilla’ Gamboa, Eusebio ‘Tabaco’ Escobar y Alberto ‘Cóndor’ Valencia, fallecido a muy temprana edad. En Klinger, Gamboa y Valencia los conocieron como ‘La llave negra’.

Con Orth como técnico, Valle fue campeón nacional en 1956, en Medellín, goleando 4-1 a Antioquia en Medellín. Pero ese no es el partido más grabado de ese equipo. El que marcó para siempre la historia del húngaro en Colombia fue el 27 de enero de 1957, en Cali, un amistoso contra River Plate.

Al estadio Pascual Guerrero asistieron 20.603 espectadores. “Par nosotros era muy difícil, nos enfrentamos a jugadores muy buenos, jugadores de primera línea. El comienzo fue muy difícil, ese era un equipo al que no le ganó nadie”, dijo ‘Maravilla’ Gamboa. Y así parecía: River se puso arriba 2-0.

Sin embargo, el equipo vallecaucano empezó a montarse en el juego. El 2-0 volvió 2-2 y pudo pasar de largo. Klinger y Gamboa anotaron los goles. «Se ha dicho en alguna ocasión que la historia del fútbol colombiano se ha dividido en dos grandes porciones, antes de la venida de un jugador argentino de renombre y después de su arribo al país. Pero lo realmente definido, si es que quiere hacerse meritoria meritoria, será hablar en lo sucesivo del fútbol colombiano antes de la Selección del Valle y después de ella”, escribe el corresponsal Joaquín Marino López al día siguiente, en el diario Intermedio.

Así grabó Intermedio el empate entre Valle y River Plate, en el que brilló Marino Klinger.

A pesar de representar al Valle, Klinger no jugó como profesional en ninguno de los tres clubes de ese departamento, América, Cali y Boca Juniors. En 1957 se fue a Bogotá para jugar con Millonarios, de la mano del médico Gabriel Ochoa Uribe.

Jugó 259 partidos oficiales con Millonarios, entre 1957 y 1967, anotó 99 goles, tres de ellos en la Copa Libertadores. De hecho, Klinger hizo parte de uno de los hitos del fútbol colombiano: la máxima goleada de un club del país como visitante en ese torneo: fue en el primer partido de Millos en ese torneo, el 8 de mayo de 1960, cuando venció 0 -6a Universidad de Chile. Klinger hizo dos goles ese día. Además, ganó cinco títulos locales: 1959, 1961, 1962, 1963 y 1964.

Asimismo, Marino fue uno de los primeros futbolistas que alternó la práctica de su deporte con sus estudios: se graduó de odontólogo en la Universidad Javeriana en 1967. También hizo parte del consejo de deportes de ese centro educativo, aun siendo estudiante.

Pero el mayor hito de Klinger fue haber hecho parte de la primera Selección Colombia que clasificó y jugó una Copa del Mundo, la de Chile, en 1962. Y fue él quien anotó el gol del empate en el histórico 4-4 contra la Unión Soviética , un resultado del que el fútbol colombiano vivió durante 28 años.

En 1967, Klinger se mudó de Millonarios a Santa Fe, también llevado por el médico Ochoa. Jugó 84 partidos, incluidos 16 de Copa Libertadores, y anotó 22 goles, hasta su retiro del fútbol profesional en 1969.

Tras su retiro, Klinger ejerció la odontología en un consultorio particular y también para el Instituto de Seguros Sociales. Falleció trágicamente el 19 de mayo de 1975. Un día se anotaron sus últimos goles, en un torneo aficionado del Sena, jugando para el Hupa, equipo organizado por el dirigente del Deportivo Cali Humberto Palacios.

Así quedó el carro de Marino Klinger en el accidente en que murió.

Klinger condujo su Renault 4 alrededor de las 5 de la mañana. El vehículo cayó al río Cali, a la altura del puente Calima. La causa oficial de su fallecimiento fue por asfixia. Por dictamen médico le habían prohibido manejar, por la posibilidad de que lera un infarto, según resultó EL TIEMPO el día siguiente de su muerte.

DEPORTADO
Con información del libro ‘Los mejores técnicos del fútbol colombiano’, de José Orlando Ascencio (Intermedio Editores, 2019).

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