Los trabajadores golpean a los gigantes del automóvil de EE UU con una huelga selectiva | Economía
“Por primera vez en nuestra historia, haremos huelga en los tres grandes a la vez”. En una intervención a través de Facebook, Shawn Fain, el líder de United Auto Workers (UAW), el sindicato del sector del automóvil, convocó la noche del jueves una huelga selectiva contra General Motors, Ford y Stellantis en Estados Unidos a partir de este viernes, ante la falta de acuerdo sobre el nuevo convenio colectivo. Fain calificó de “histórico” el momento. Este viernes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha hecho una declaración en la Casa Blanca en la que se ha puesto del lado de los trabajadores. Ha indicado que “nadie quiere una huelga”, pero que los empleados merecen una “parte justa” de los beneficios récord que están logrando las compañías.
Fain ha diseñado una estrategia de paros en fábricas escogidas para tratar de golpear a las empresas con el menor coste posible para los trabajadores y el propio sindicato. De momento, solo una planta de cada uno de los fabricantes está este viernes en huelga. En las tres se han agrupado piquetes durante la noche y el seguimiento ha sido masivo. Las plantas convocadas irán rotando. “Esta estrategia mantendrá en vilo a las empresas. Dará a nuestros negociadores nacionales la máxima influencia y flexibilidad y, si tenemos que ir a por todas, lo haremos. Todo está sobre la mesa”, dijo Fain en su breve intervención.
La UAW representa a unos 146.000 empleados de los tres grupos. Dispone de un fondo para huelgas de 845 millones de dólares con el que compensar a los empleados que dejen de cobrar sus sueldos. Con todos los empleados en huelga, ese fondo apenas daría para tres meses, pues el sindicato paga 500 dólares semanales a quienes estén en huelga, además de asumir otros costes.
Las fábricas que han parado están en el medio oeste y tienen unos 12.700 trabajadores. Se trata de una planta de montaje de General Motors en Wentzville (Misuri), que fabrica el GMC Canyon y el Colorado; una fábrica de Ford en Wayne (Michigan), que monta el modelo Bronco y la camioneta Ranger, y una planta de Jeep de Stellantis en Toledo (Ohio), de donde salen los modelos Gladiator y Wrangler. En la primera jornada ni siquiera un 10% de los trabajadores sindicados están llamados a la huelga, que afecta a algunos de los modelos más rentables de las compañías.
El sindicato había dado de plazo para llegar a un acuerdo hasta la medianoche del jueves al viernes, cuando vencía el convenio colectivo en vigor. UAW no quería una prórroga del mismo, sino un nuevo acuerdo con importantes subidas salariales que compensasen la elevada inflación y los sacrificios asumidos en los momentos de dificultades financieras de las compañías.
“Os animo a que visitéis uaw.org/standup para saber todo lo que necesitáis saber sobre el trabajo con un convenio colectivo caducado. Pase lo que pase todos tenemos que seguir organizando concentraciones, protestas, días de camisetas rojas y actos comunitarios. Debemos demostrar a las empresas que estamos dispuestos a unirnos a la huelga en cualquier momento. Y debemos demostrar que esta horrible lucha es una lucha justa”, ha continuado Fain en su mensaje.
El sindicato tiene una lista de reivindicaciones que incluye subidas salariales del 36% en cuatro años, compensaciones por el aumento del coste de la vida y cambios en las escalas salariales de los trabajadores. Los nuevos trabajadores cobran 17 dólares por hora y tardan ocho años en alcanzar el sueldo de 32 dólares por hora de los trabajadores con más antigüedad. Además, reclaman una semana de 32 horas laborales con 40 horas de salario. Ford y GM ofrecen un alza del 20% durante el periodo del próximo convenio, mientras que la última oferta conocida de Stellantis era del 17,5%.
Los tres gigantes de Detroit concentran cerca de la mitad de los 15 millones de coches que se fabrican en Estados Unidos anualmente. Otros fabricantes, entre ellos el de coches eléctricos Tesla, no se ven afectados porque sus trabajadores no están sindicados.
La UAW ha convocado una concentración masiva ante su sede en el centro de Detroit este viernes por la tarde.”Mostraremos nuestra fuerza y unidad en el primer día de esta acción histórica (…) Este es el momento decisivo de nuestra generación. El dinero está ahí. La acción está en marcha, el mundo está mirando y la UAW está lista para plantarse. Este es nuestro momento decisivo”, ha concluido su intervención.
El consejero delegado de Ford, Jim Farley, se había mostrado el jueves pesimista sobre la posibilidad de evitar la huelga. “Es difícil negociar un contrato cuando no hay nadie con quien negociar”, se quejó Farley, preguntándose en voz alta si Fain estaba demasiado ocupado planeando huelgas o actos destinados a conseguir publicidad en lugar de hacer contrapropuestas. El ejecutivo considera que ha hecho una oferta generosa y ha ido recorriendo las cadenas de televisión con entrevistas en las que decía que aceptar las demandas sindicales supondría llevar a la ruina a la compañía.
“Estamos trabajando con urgencia y hemos propuesto otra oferta cada vez más fuerte con el objetivo de llegar a un acuerdo esta noche”, había dicho este jueves en una carta a los trabajadores la consejera delegada de General Motors, Mary Barra, en una carta. “Recuerden: tuvimos una huelga en 2019 y nadie ganó”, añadía.
La huelga del sector del automóvil llega cuando aún están parados los actores y guionistas y poco después de otro gran conflicto de UPS con sus repartidores, que se cerró finalmente con acuerdo. Las huelgas pueden lastrar la economía estadounidense en un momento en que está siendo golpeada por los altos tipos de interés y por la inflación. En este conflicto, el Gobierno de Joe Biden ha llamado al entendimiento entre las partes. El presidente telefoneó el jueves al líder sindical y a los directivos de las empresas para interesarse por la situación.
Este viernes, Biden ha comparecido en la Casa Blanca para hacer una breve declaración en la que se ha puesto de lado de los trabajadores: “Han trabajado sin descanso y las empresas han hecho algunas ofertas significativas. Pero creo que deberían ir más allá para garantizar que los beneficios récord de las empresas se traduzcan en convenios récord para la UAW”, ha dicho. “Las empresas automovilísticas han obtenido beneficios récord, incluso en los últimos años, gracias a la extraordinaria habilidad y los sacrificios de los trabajadores de la UAW. En mi opinión, esos beneficios récord no se han repartido de forma justa con esos trabajadores”, afirmó Biden. “En resumidas cuentas, los trabajadores de la industria automovilística contribuyeron a crear la clase media estadounidense. Merecen un contrato que los mantenga a ellos y a la clase media”, añadió.
“Entiendo la frustración de los trabajadores. Durante generaciones, los trabajadores sacrificaron tanto para mantener el sector vivo y fuerte, especialmente durante la crisis económica y la pandemia. Los trabajadores merecen una parte justa de los beneficios que ayudan a crear para una empresa”, ha añadido, reiterando su idea de que hacen falta sindicatos fuertes para tener una economía fuerte.
Biden ha encargado a la secretaria de Trabajo en funciones, Julie Su, y al asesor principal de la Casa Blanca, Gene Sperling, que actúen como mediadores “para ofrecer su pleno apoyo a las partes para alcanzar un convenio”.
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