Los ‘deepfakes’ aceleran las estafas de criptomonedas: “Es muy fácil caer, cada vez son más sofisticadas” | Tecnología
Ninguna presentadora de TVE está promocionando una “superplataforma” de Repsol para invertir dinero. Sin embargo, un vídeo que muestra a la periodista Marina Ribel durante un informativo ha circulado en los últimos días en las historias de Instagram de varios usuarios. La presentadora está en el estudio del Canal 24 Horas mientras, aparentemente, lee una de las noticias del día: “La compañía Repsol ha anunciado la creación de una nueva superplataforma gracias a la cual ahora cualquier español puede olvidarse por completo del trabajo”. Debajo, un rótulo explica las condiciones económicas del negocio: con invertir 250 euros iniciales se pueden conseguir 1.500 euros al día y más de 25.000 al mes.
Se trata de una estafa realizada con inteligencia artificial. “Me pareció una noticia abstrusa para un canal de noticias serio, así que me fijé más en las imágenes. Entonces me di cuenta de que era un vídeo deepfake, pero la voz es igual a la de la presentadora”, explica por teléfono Marián Sánchez, creadora de contenidos de 41 años, que en su cuenta de Instagram alerta con frecuencia sobre este tipo de estafa. Cuando intentó pinchar en el enlace que aparece en la parte de abajo de las historias, se abría una pestaña con el logo y la gráfica que tiene el periódico El Mundo en su web. La noticia falsa era la misma que se anunciaba en el vídeo, pero el dominio no era el del periódico que fingía ser. “Lo he denunciado al segundo, pero ya era tarde. El mismo día me he topado con otros tres casos similares, con diferentes personajes públicos”, añade Sánchez.
Este tipo de estafas han llenado las redes sociales en los últimos meses. A finales de año, era imposible navegar en X (antes Twitter) sin encontrarse con supuestas publicaciones de diferentes periódicos, entre ellos también EL PAÍS, con las fotos de famosos a los cuales se les atribuían frases que nunca habían dicho. “Martiño Rivas sorprendió a todos en el estudio al revelar cómo está ganando un extra de 128.000 euros cada mes”, era el titular de una de estas noticias que recibió 2,2 millones de impresiones en X en noviembre. En la red social, aparecía una foto del actor durante una entrevista en El Hormiguero, pero al abrir el enlace se llegaba a una página falsa con la apariencia de EL PAÍS, donde una empresa estadounidense intentaba vender criptomonedas. “El sitio web oficial de Quantum AI afirma que puede generar altas ganancias para cualquier usuario mediante la ejecución de un algoritmo de comercio único. Este algoritmo permite al usuario comerciar automáticamente con Bitcoin y otras criptomonedas”, dice más adelante el falso artículo firmado por un redactor del periódico.
Entre los afectados hay actores y presentadores como David Broncano, Pablo Motos, Susana Grisso, Alberto Chicote o Antonio Resines, que habrían llegado a protagonizar videos falsos en los que se simula su voz para recomendar este tipo de inversiones, además de apropiarse de la identidad de medios de comunicación nacionales para obtener los datos y el dinero de los inversores. “En líneas generales, estamos identificando un aumento de publicaciones cuyo fin es desinformar. Pero seguramente el aspecto más problemático es la aparición de los deepfakes, porque son más difíciles de identificar. Es muy fácil caer víctima de estas estafas que son cada vez más sofisticadas”, recalca Ruth García, técnica de Ciberseguridad para la Ciudadanía del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE).
Desde entonces, este periódico ha recopilado y denunciado más de un centenar de publicaciones de este género. En algunos casos, se trata de fotos de famosos en diferentes programas de televisión que aseguran haber encontrado la forma para ganar dinero fácil, y que redirigen a falsas páginas de periódicos. En algunas ocasiones, el link empieza llevando a una noticia real, pero a las pocas horas la URL es sustituida por la de una web fraudulenta. A veces se trata de perfiles de peluquerías, de venta de productos de diferente género, o influencers de viajes. En todos los casos, son cuentas que han sido creadas recientemente, con apenas seguidores y que pagan por los servicios premium de X (que permiten, entre otras cosas, obtener el check azul y ganar dinero con las visualizaciones de sus publicaciones).
Sin moderación en X
La estrategia de suplantar a medios de comunicación y falsificar una de sus noticias se popularizó durante el boom de las criptomonedas. En el Twitter de Elon Musk, que compró la red social hace ya más de un año, esta estafa ha encontrado el caldo de cultivo perfecto para volver a proliferar. Nada más llegar, el empresario despidió masivamente a los moderadores de contenidos, al mismo tiempo que readmitió esos perfiles que habían sido expulsados por discurso de odio o difusión de bulos. A raíz de estas decisiones, muchas firmas reconocidas suspendieron su publicidad en la plataforma o la redujeron drásticamente, dejando espacio para otros anunciantes, que han llenado la red social con campañas que promocionan estafas.
Aunque ya no se encuentran con la misma frecuencia que hace unos meses, este tipo de publicaciones siguen circulando de forma notoria. Incluso después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) anunciara una investigación a la plataforma de Elon Musk por publicidad de entidades fraudulentas, al no comprobar “que el anunciante cuenta con licencia para ofrecer servicios de inversión y que no está advertido como chiringuito financiero o entidad pirata”, como explicó en un comunicado. Además, el supervisor del mercado español incluyó en su circular de chiringuitos financieros varias direcciones web de Quantum AI, la firma que utilizaba sin autorización imágenes de actores y capturas falsificadas de la web de EL PAÍS para promocionarse.
“Se trata de campañas cíclicas, que están dentro del esquema de las falsas inversiones. Ahora mismo es la mayor estafa en circulación, y la llevan a cabo grupos criminales muy organizados y serios”, reconoce Alberto Redondo, jefe del grupo de ciberinteligencia criminal de la Guardia Civil. La estafa consta de diferentes fases. En un primer momento, hay un grupo que se ocupa de buscar víctimas, enganchándolas a través de las redes sociales con falsas promesas de inversión. Tras acceder a ceder sus datos para proceder a la supuesta compra de criptomonedas, hay otro grupo de la banda que empieza a recopilar estos datos sensibles para venderlos a plataformas externas.
“En algunos casos, llegan incluso a suplantar su identidad, con todos los riesgos que esto comporta”, añade Redondo. Salir de esta red es complicado, ya que cada vez que las víctimas intentan retirar su inversión, los estafadores intentan convencerles de que no es un buen momento y que lo ideal sería invertir más. “Cuando finalmente se dan cuenta de que han sido estafados y denuncian, recuperar el dinero perdido es imposible, porque estas empresas desaparecen”, explica.
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