La eterna lucha contra el infortunio

El 2 de mayo de 1962, el Benfica levantó su último título europeo. Hasta la fecha, y ya han pasado 61 años, el conjunto portugués no ha sido capaz de ganar ningún trofeo continental que se una a las dos Copas de Europa conquistadas consecutivamente en las temporadas 1960-61 y 1961-62.

Oportunidades no le han faltado, habiendo disputado ocho finales europeas, tres de ellas con la leyenda Eusébio da Silva en el terreno de juego. La maldición de Béla Guttmann yace latente en un club que adoraba al conocido mítico entrenador, pero que necesita sacarse la losa de un relato perverso que, temporada tras temporada, lo ata a unas palabras proféticas que ya forman parte de la historia de las ‘Águilas’Precisamente en mayo de 1962, tras lanzar la segunda Copa de Europa, siguió una preciosa final ante el Real Madrid de los Alfredo Di Stéfano, Paco Gento o Ferenc Puskás (5-3), Béla Guttmann abandonó el Benfica. El entrenador húngaro, con el que habían conquistado también la Copa de Europa de la temporada anterior –la famosa final de los puestos cuadrados ante el Barça de Kubala (3-2)–, decidió que tras dos cursos magníficos había llegado el momento de firmar una mejora salarial. En aquella época, los entrenadores tenían unos sueldos incomparables a los de sus jugadores. “Los que jugábamos éramos nosotros, no Guttmann. El será un orientador, pero los que trabajamos fuimos los jugadores. El entrenador no tuvo ningún papel”, dijo el exdefensor Mário João en una entrevista con el digital Objetivo un final de octubre de 2021. Pero Guttmann consideró haber tenido un peso enorme en la consecución de las espaldas Copas de Europa y se plantó en el despacho de António Cabral, que pocos meses antes había sucedido a Maurício Vieira de Brito, el presidente que lo fichó y le entregó todas las facilidades para construir un Benfica ganador. Incluyó que compensó con 300.000 escudos por la primera Copa de Europa, una bonificación que prácticamente duplicó su salario. Pero Cabral no lo vio de la misma forma y Guttmann cerró la etapa más gloriosa de la historia del Benfica soltando una frase que nadie ha podido corroborar que fuera cierto, pero que sigue retumbando en las paredes del Estádio da Luz: «Sin mí, el Benfica no volverá a ganar una Copa de Europa en 100 años».El equipo portugués intentó ahuyentar sus fantasmas en febrero de 2014 instalando una estatua de Béla Guttmann en el interior del estadio. Lo hizo pocos meses antes –y sin saberlo– de disputar la que sería su última final europea hasta hoy. Rui Gomes, el entonces presidente, dijo que la estatua debía servir para homenajear a Guttmann, pero que si de paso terminaba con la maldición, mucho mejor. Y casi lo consigue. Dos meses después de inaugurar la pieza de bronce de dos metros, el Benfica se estrelló en la final de la Liga Europea por segundo año consecutivo. La derrota en los penaltis ante el Sevilla, tras un 0-0. En l’edición anterior había caído ante el Chelsea. campeones. Una tarea ardua. Los portugueses vuelven a competir en Europa y ya suman dos presencias consecutivas en los cuartos de la máxima competición continental, algo que confirmó un paso importante en la recuperación de las ‘Águilas’ después de cinco años cayendo antes de tiempo. Las semifinales, sin embargo, esperan hoy al Benfica desde que disputará la final de 1990 ante el Milan de Sacchi. Ya son 33 años sin aparecer en la última ronda de eliminatorias.Un club y una SAD

En los últimos años, el debate sobre la Sociedad Anónima Deportiva (SAD) se ha vuelto recurrente en el entorno del Barça. El club azulgrana se mantiene firme en su voluntad de seguir siendo una entidad sin ánimo de lucro tal y como fue fundado en 1899, aunque sus últimas operaciones financieras lo han llevado tiene un carril empresarial que, en buena medida, ha transformado y transformado el modelo de negociación de la entidad. La creación de varias empresas vinculadas al club así lo certifican. Barça Produccions SL o Barça Licensing and Merchandising SL son 100% propiedad del Barcelona, ​​distintas de Locksley Invest SL y Bridgeburg Invest SL son empresas comparadas con otras acionistas para poder participar en la facturación de los derechos televisivos de La Liga. Asimismo, la explotación del futuro Camp Nou se gestionará a través de un fondo de titulización que será propiedad de los inversores –los que pondrán los 1.500 millones–, con lo cual el Barça perderá el control de todos los ingresos que genere el nuevo estadio hasta devolver la deuda.En el fondo, el Barça ya ha cambiado. Pero no lo ha hecho abiertamente, ni creando una Sociedad Anónima como sí hizo el Benfica en febrero del año 2000. El club portugués siendo propiedad de sus 244.000 socios (100.000 más que el Barça), pero sus áreas de negocio están divididas y manejadas por varias sociedades tras aprobarlo en asamblea hace 23 años. Los socios siguen votando a su presidente –ahora el mítico Rui Costa– y siguen tomando decisiones, aunque en menor medida. El Sport Lisboa e Benfica es un club polideportivo, al igual que el Barcelona, ​​y todas sus secciones –excepto el fútbol profesional– se gestionan desde el mismo club. Sin embargo, las decisiones balompédicas las toman desde el Benfica SAD, la sociedad anónima que se creó en el 2000 y del mismo club mantiene la mayoría accionarial (64,65%). El resto de los inversores posee una parte muy minoritaria de las acciones de SAD. El alcalde es José Antonio dos Santos (16%), detenido en julio de 2021 por el expresidente del club, Luís Filipe Vieira, por blanqueo de capitales y evasión fiscal. Ese mismo verano, Dos Santos realizó la venta de su participación al empresario estadounidense John Textor, aunque la operación se congeló tras el escándalo y terminó echándose atrás. Ambos fueron condenados a pagar multas millonarias.Más allá del fútbol, ​​el Benfica tiene varias empresas destinadas a administrar sus negociaciones y sus activos. El club posee el 100% de cinco filiales: Clínica Benfica (para los servicios médicos), Parque do Benfica (el aparcamiento del Estádio da Luz), Benfica Seguros (una correduría), Identiperímetro (destinada a inversiones inmobiliarias) y Benfica SGPS, una sociedad que a la vez es propietaria de varias empresas. Además, el Benfica también posee el 50,05% de la producción de contenidos audiovisuales Benfica Multimedia SA y el 64,65% de la comentada Benfica SAD. Bajo el paraguas del Benfica SGPS (100% propiedad del club), la entidad también administra las sociedades anónimas Benfica Estádio (gestión de Da Luz), Benfica TV, Benfica Radio y Benfica Internacional SARL, radicada en Luxemburgo para el control y adquisición de participaciones en empresas extranjeras. De hecho, esta sociedad será la gerente del Benfica USA, la futura filial del club en los Estados Unidos. Además, el Benfica SGPS posee el 75% de las acciones de Red Up Sports SL, sociedad que acepta puesta en marcha relacionados con el mundo del fútbol. Todas estas piezas componen el rompecabezas que maintiene vivo al Benfica, pesa una vida sometida a una maldición que nadie sabe cuándo va a acabar.