La finalísima apenas empezó. El 0-0 con el que terminó el partido del partido definitivo por la estrella entre Nacional y Millonarios, pareció poco para Millonarios por lo que hizo especialmente en el primer tiempo. Quizás un buen premio para Nacional que no pudo marcar una diferencia su favor en Medellín.
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Los dos más grandes de esta Liga y los dos más grandes de la historia del campeonato profesional Colombiano, ofrecieron el esperado duelo de estilos y formas, pero con sorpresas estratégicas y tácticas de entrada.
Nacional contra Millonarios en la idea de la final.
Jaiver Nieto / EL TIEMPO
Sorpresas en los titulares: Autoría, el DT de Nacional, se puso la bata de científico tras sacar del laboratorio del tubo de ensayo: no puso un delantero centro, jugó sin sus arietes Duque y Ángel. A cambio, dobló la dosis en la derecha con Ocampo y Candelo, y agitó el medio campo con Dorlan y Jarlan. Pero el experimento fracasó. La fórmula se cayó. ¡Auge!
Cuentan las malas lenguas –que por lo general son las buenas–, que en Millonarios sabían desde mucho antes del experimento del rival. Así que Gamero, su científico técnico, se puso los guantes y las gafas para poner el ácido que mó la idea del local: Jáder Valencia como remache alto para frenar a Ocampo, y Vega de Vásquez para que con su velocidad y seguridad persiguiera a Dorlan y Jarlan.
Millonarios, Superior
En el primer tiempo Millonarios fue superior. Creó cuatro opciones claras de gol, dos de ellas con alto grado estético de Mackalister Silva, con dos tacos, uno en carrusel para un tiro en el palo de Cataño y otra un taco elevado que acabó en remate de Castro y rebote en el pecho del portero.
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Lo mejor de Nacional, sin referencias en el área, fue por obvia consecuencia la media distancia: un tiro templado de Banguero, un bombazo de Zapata que manoteó el portero y una mediavuelta de Dorlan que se le escapó al golero.
Con el fracaso del experimento, Autuori borró el tablero en el segundo tiempo: tachó a Ocampo y escribió «Duque» como punta. Pero el complemento resultó de menos vértigo, de menos velocidad, pero de más lucha. Así, salió un juego muy cómodo para Millos, que tuvo la bola lejos de su arco y puso el ritmo. Así, con poca acción en las áreas (solo un tiro de Mackalister que rozó el horizontal y un balazo desviado de Duque), se fue el juego con tensión en el ambiente más por el miedo a perder sobre el filo del tiempo: el partido, entonces, terminó en puntas de pie.
Jaiver Nieto – EL TIEMPO
Todo está por definirse el sábado en Bogotá. El 0-0 de anoche dejó en Millos una mejor sensación de juego general, porque tuvo las más claras… La finalísisma está abierta y el sábado, en Bogotá se dictará la gloria o el drama.
PD En Millos queda la preocupacion de los dolores en las piernas que hicieron cayendo a Cataño y Vega…Meluk le cuenta…
GABRIEL MELUK
Redactor de DEPORTES
@MelukLeCuenta
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