Alexander Mejía: Posible castigo por racismo y antecedentes en LaLiga – Fútbol Colombiano – Deportes

Un posible nuevo caso de racismo estalló este fin de semana en el fútbol colombiano. La acusación la hizo Marco Pérez, delantero de Águilas Doradas, en la calle de prensa posterior al partido que su equipo perdió 3-1 ante Unión Magdalena en Santa Marta.

Pérez aseguró que Alexander Mejía, capitán del Unión Magdalena, lo llamó «esclavo», razón por la cual pidió asistir a la rueda de prensa para dar su versión de los hechos.

«Estoy un poquito triste porque Mejía me dice a mí esclavo, y eso es una palabra que aquí en Colombia no la podemos usar. a la rueda de prensa y esto no puede quedar así», aseguró Pérez.

A través de un comunicado de prensa, el club Águilas Doradas se hizo eco de la versión de Pérez y calificó las acciones de Mejía como «racistas, ofensivas, discriminatorias y segregadoras».

Anterior 2018: Lucero Álvarez fue castigada

Hay en el fútbol colombiano un antecedente por racismo, que recibió un castigo de las comisiones disciplinarias de la Dimayor. El sancionado fue el portero uruguayo Lucero Álvarez, quien, curiosamente, en este momento, segundo semestre de 2018, jugaba en Águilas Doradas.

Foto :

Guillermo González – Archivo EL TIEMPO

El 10 de septiembre de ese año, en una polémica rueda de prensa, el entonces técnico de l’Once Caldas, Hubert Bodhert, acusó a Álvarez de insultos racistas.

«Lucero cogió a (Johan) Carbonero de «negro…», a insultármelo. Le dije que tiene que respetar. Nosotros no somos indígenas. grande a maltratar a uno de 20 años. Le exigí respeto. El árbitro estaba presente», dijo Bodhert ese día. El juez de ese partido fue Nolberto Ararat.

Tras el informe del árbitro, Álvarez recibió ocho fechas de suspensión y más de 31 millones de pesos de multa por «emplear lenguaje ofensivo, discriminatorio, racista, contra un miembro del cuerpo técnico de l’equipo adversario».

El uruguayo defendió reconociendo que había insultado a Bodhert, pero negó los insultos racistas y aseguró que lo habían amenazado de muerte por lo ocurrido. El club llamado y la sanción se redujo a cinco fechas.

Álvarez jugó tres partidos más después de la suspensión y luego dejó Águilas Doradas y el fútbol colombiano. Hoy, a los 38 años, juega en Progreso, de la segunda división de su país.

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